viernes, 26 de marzo de 2010

El amor absoluto


Los dias siguientes al ritual del maithuna, yo iba y venía, gozando de la libertad divina, mi cuerpo/mente no dejaba de estremecerse. Tenía la sensación de ser hojarasca que era atravesada por la realidad. El profundo vínculo entre Devi y yo se hacía extensivo al mundo y pasaba los días y noches en un continuo arrobamiento. todo tomaba un sorprendente relieve, pues todo sucedía en un espacio único en el que el yo se diluía temporalmente. Esta presencia en la realidad del mundo me maravillaba y liberaba de todo concepto. Cada movimiento testimoniaba una intensa armonía con el Todo.
Desde el baño matutino vivía en un estado de continuo agradecimiento. Tenía deseos de saludar profundamente al mundo, de cantar la maravilla de cada una de las cosas. La realidad impregnada de absoluto no dejaba de fluir en mí y yo fluía en ella, y nada carecía de resonancia. Cuando salimos del agua y mientras nos secábamos al sol, Devi me dijo:
_ ¿Lo ves, el éxtasis es el estado natural del hombre y todos los obstáculos que le vamos poniendo crean esa dictadura en la que nos obliga a vivir nuestro pensamiento. El éxtasis es más sencillo que el sufrimiento, huele bien, está presente en todo, nos acompaña siempre, no hay nada que hacer ni nada que buscar, sólo hay que mantenerse totalmente abierto y dejar que las cosas pasen sin preocuparse por modificar su naturaleza. Si estamos realmente presentes, de una forma continua, toda la realidad se transforma en una fuente de alegría y felicidad.
" Sabes que ha llegado el momento de separarnos y no sufres por ello, ya que el lazo que nos une no nos une a los dos, sinó que pasa a través de nosotros para extenderse hacia el universo. Tú no me perteneces, yo no te pertenezco, pertenecemos al mundo, a lo divino y, en este instante, lo sabemos con todo nuestro ser. Nuestra unión no está sujeta ni al tiempo ni al espacio. Yo estaré en cualquier lugar donde dirijas la mirada. te has asentado en el corazón de la Diosa, en mi Corazón, de igual forma que la Diosa está en el tuyo, como yo estoy en el tuyo. Somos el uno para el otro como una cascada divina donde podemos bañarnos de luz y apagar nuestra sed absoluta.
" El universo es una gran olla que no dejamos de modelar con nuestra carne, nuestro corazón, nuestro pensamiento, con todas las pequeñas cosas que nos gusta tanto separar artificialmente. Pero un buen día el alfarero introduce sus manos en lo divino y deja que lo divino tome diversas formas, sabe que la tierra contiene treinta y seis modalidades de conciencia y no pierde el tiempo analizándolas.
" Mientras que el hombre piensa, el tantrika hace una olla, mientras que el hombre consagra su conciencia al encierro, el tantrika redondea la abertura de la olla y permite a su conciencia vivir la experiencia del Vacío. No es posible encontrar diferencias entre lo que hay en el interior de la olla y lo que hay en el exterior, salvo que se olvide que una olla necesita una abertura sin la que habría encierro, oscuridad, maceración y putrefacción.
" El tantrika va ensanchando su olla, disfruta dejando que el universo penetre y se extienda en ella. cuando medita, vive la experiencia de un único espacio; cuando se mueve, vive la experiencia de un único espacio; cuando sueña, vive la experiencia de un único espacio, y cuando muere no hace otra cosa que vivir la experiencia de un único espacio. No hay, pues, ninguna diferencia para él entre meditar, vivir, soñar y morir. Vivir la experiencia de un único espacio es el amor total"

Tantra. La iniciación de un occidental al amor absoluto. Daniel Odier.

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