viernes, 26 de marzo de 2010

¡¡Si hubiese podido darle la luna!!


Ryokan, un maestro zen, llevaba una vida de lo más sencilla en una
pequeña cabaña al pie de una montaña. Una tarde un ladrón se acercó a la cabaña
y descubrió que no había nada que robar.


Ryokan regresó y lo sorprendió.

"Has recorrido un largo camino para visitarme" - le dijo al intruso- "
y no deberías regresar con las manos vacías. Por favor, acepta mi ropa como
regalo"


El ladrón se quedó perplejo. Cogió la ropa y se escabulló
avergonzado.

Ryokan permaneció sentado desnudo, observando la luna.
"Pobre diablo", pensó. "Ojala hubiese podido darle esta preciosa
luna".


De Azul Zen. 

Raul Reps. Carne de Zen, Huesos de Zen

2 comentarios:

Gracias!!