lunes, 12 de abril de 2010

Hablando de amor




ENTONCES DIJO ALMITRA: Háblanos del Amor.
Y él alzó la cabeza y miró a la multitud, y un
silencio cayó sobre todos, y con fuerte voz
dijo él:
Cuando el amor os llame, seguidle,
aunque sus caminos sean agrestes y escarpados.
Y cuando sus alas os envuelvan, dejadle,
aunque la espada oculta en su plumaje pueda
heriros.
Y cuando os hable, creedle,
aunque su voz pueda desbaratar vuestros sueños
como el viento asola vuestros jardines.
Porque así como el amor os corona, así os crucifica.
Así como os agranda, también os poda.
Así como sube hasta vuestras copas y acaricia
vuestras más frágiles ramas que tiemblan al sol,
también penetrará hasta vuestras raíces y las
sacudirá de su arraigo a la tierra.
Como gavillas de trigo, os aprieta contra su corazón.
Os apalea para desnudaros.
Os trilla para liberaros de vuestra paja.
Os muele hasta dejaros blancos.
Os amasa hasta dejaros livianos;
y luego, os mete en su fuego sagrado, y os
transforma en pan místico para el banquete divino.
Todas estas cosas hará el amor por vosotros para
que podáis conocer los secretos de vuestro corazón, y
con este conocimiento os convirtáis en el pan místico
del banquete divino.
Pero si en vuestro temor sólo buscáis la paz del amor
y el placer del amor,
Entonces más vale que cubráis vuestra desnudez y
salgáis de la era del amor,
Para que entréis en el mundo carente de estaciones,
donde reiréis, pero no todas vuestras risas, y lloraréis,
pero no todas vuestras lágrimas.
El amor sólo da de sí y nada recibe sino de sí mismo.
El amor no posee, y no se deja poseer:
Porque el amor se basta a sí mismo.
Cuando améis no debéis decir “Dios está en mi
corazón”, sino “estoy en el corazón de Dios”.
Y no penséis que podréis dirigir el curso del amor,
porque el amor, si os halla dignos, dirigirá él vuestro
curso.
El amor no tiene más deseo que el de alcanzar su
plenitud.
Pero si amáis y habéis de tener deseos, que sean
así:
De diluiros en el amor y ser como un arroyo que
canta su melodía a la noche.
De conocer el dolor de sentir demasiada ternura.
De ser herido por la comprensión que se tiene del
amor; y de sangrar de buena gana y alegremente.
De despertarse al alba con un corazón alado y dar
gracias por otra jornada de amor;
De descansar al mediodía y meditar sobre el éxtasis
del amor;
De volver a casa al crepúsculo con gratitud,
Y luego dormirse con una plegaria en el corazón
por el bienamado, y con un canto de alabanza en los
labios.

- EL PROFETA - GIBRAN KHALIL GIBRAN -

2 comentarios:

  1. Hermoso poema de K. Gibran. El amor transforma a todo nuestro ser en pura luz y el brillo de ese tesoro que está dentro nuestro se refleja afuera en cada cosa que miramos y tocamos, en cada otro ser que acompañamos, en nuestra imágen,y en todos nuestros actos. El Amor es fuente de vida y en su manantial debemos bañarnos cada día.
    Gracias, muy bello.
    Un Abrazo brillante!

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Gracias!!