Un guerrero de la luz siempre hace algo fuera de lo común. Puede bailar en la calle mientras camina hacia el trabajo. O mirar los ojos de un desconocido y hablar de amor a primera vista. Un guerrero de vez en cuando expone una idea que puede parecer ridícula, pero en la que él cree.
Los guerreros de la luz se permiten días
así.
Él no tiene miedo de llorar antiguas penas, o de alegrarse con nuevos descubrimientos. Cuando siente llegado el momento, abandona todo y parte para su aventura tan soñada. Cuando entiende que ha llegado al límite de su resistencia, sale del combate sin culparse por haber hecho una o dos locuras inesperadas.
Un guerrero no pasa sus días intentando representar el papel que los otros escogieron para él.
Él no tiene miedo de llorar antiguas penas, o de alegrarse con nuevos descubrimientos. Cuando siente llegado el momento, abandona todo y parte para su aventura tan soñada. Cuando entiende que ha llegado al límite de su resistencia, sale del combate sin culparse por haber hecho una o dos locuras inesperadas.
Un guerrero no pasa sus días intentando representar el papel que los otros escogieron para él.
El guerrero de la luz se concentra en los
pequeños milagros de la vida diaria.
Si es capaz de ver lo bello, es porque la trae
dentro de si, ya que el mundo es un espejo y devuelve a cada mujer el reflejo de
su propio rostro. Aún conociendo sus defectos y limitaciones, el guerrero hace
lo posible por mantener el buen humor en los momentos de crisis.
Al fin y al cabo, el mundo se está esforzando en
ayudarlo, aún cuando todo a su alrededor parezca decir lo contrario.
El guerrero da luz antes de que se la pidan.
El guerrero da luz antes de que se la pidan.
Cuando ven esto, algunos compañeros comentan:
Quien necesita algo lo pide.
Pero el guerrero sabe que existe mucha gente que
no consigue ,simplemente no consigue pedir ayuda. A su lado existen personas
cuyo corazón está tan frágil que comienzan a vivir amores enfermizos; tienen
hambre de afecto, y vergüenza de demostrarlo.
El guerrero las reúne alrededor de la hoguera,
cuenta historias, reparte su alimento, se embriaga junto con ellas. Al día
siguiente, todos se sienten mejor.
Aquellos que miran la miseria con indiferencia
son los más miserables
Un guerrero de la luz muchas veces se
desanima.
Piensa que nada tiene la emoción que él esperaba
despertar. Muchas tardes y noches está obligado a permanecer conservando una
posición conquistada, sin que ningún acontecimiento nuevo venga a devolverle el
entusiasmo.
Sus amigos comentan: Quizás la lucha haya
terminado.
El guerrero siente dolor y confusión al escuchar
estos comentarios porque sabe que no llegó adonde quería. Pero es obstinado, y
no abandona lo que decidió hacer.
Entonces, cuando menos lo espera, una puerta se
abre.
Un guerrero de la luz conoce sus defectos. Pero
conoce también sus cualidades.
Algunos de sus compañeros se están quejando
siempre: los demás tienen más oportunidades que nosotros.
Quizás tengan razón, pero un guerrero no se deja
paralizar por esto, y procura valorar al máximo sus virtudes.
Sabe que el poder de la gacela reside en la
habilidad de sus piernas. El poder de la gaviota es su puntería para alcanzar el
pez. Aprendió que un tigre no teme a la hiena porque es consciente de su
fuerza.
Un guerrero procura saber con qué puede contar. Siempre verifica su bagaje, compuesto de tres cosas: fe, esperanza y amor.
Si las tres están presentes, él no vacila en seguir adelante.
Un guerrero procura saber con qué puede contar. Siempre verifica su bagaje, compuesto de tres cosas: fe, esperanza y amor.
Si las tres están presentes, él no vacila en seguir adelante.
El guerrero de la luz confía. Al igual que los
niños confían.
Porque cree en milagros, los milagros empiezan a
acontecer. Porque está seguro de que su pensamiento puede cambiar su vida, su
vida comienza a cambiar. Porque está seguro de que encontrará el amor, este amor
aparece.
De vez en cuando se decepciona. A veces le
hieren.
Y entonces escucha los comentarios: ¡Qué ingenuo es!
Y entonces escucha los comentarios: ¡Qué ingenuo es!
Pero el guerrero sabe que el precio pagado vale
la pena: por cada derrota, tiene dos conquistas a su favor.
Todos los que confían lo saben.
Todos los que confían lo saben.
Paulo Coelho
Si has levantado castillos en el aire, tu trabajo no tiene por qué
ser vano. -ahí es donde tenían que estar- Ponles ahora los cimientos.
Me gustaría morirme sorprendiéndome y maravillándome. No me gustaría perder nunca esa capacidad.
Creo que hoy voy a dormir en la terraza, bajo las estrellas.
Ya
hay una que está mirándome. A veces me vacilan y juegan conmigo. El
planeta donde vivo no es más grande que el del principito y no se
por qué motivo es redondo....y cuando me tumbo mis pies se quedan
colgando y a veces siento cosquillas que no se de donde vienen.
No he perdido el norte...o sí.
Un beso y una sonrisa