Fragmento de Rayuela, de Julio Cortázar:
Toco tu boca, con un dedo todo el borde de tu boca, voy dibujándola como si saliera de mi mano, como si por primera vez tu boca se entreabriera, y me basta cerrar
los ojos para deshacerlo todo y recomenzar, hago nacer cada vez la boca
que deseo, la boca que mi mano elige y te dibuja en la cara, una boca
elegida entre todas, con soberana libertad elegida por mí para dibujarla
con mi mano en tu cara, y que por un azar que no busco comprender
coincide exactamente con tu boca que sonríe por debajo de la que mi mano
te dibuja. Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y
entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más cerca y los ojos
se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran,
respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente,
mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes,
jugando en sus recintos, donde un aire pesado va y viene con un perfume
viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo,
acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como
si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos,
de fragancia oscura. Y si nos mordemos el dolor es dulce, y si nos
ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo del aliento, esa
instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a
fruta madura, y yo te siento temblar contra mí como una luna en el agua.
La genialidad de Cortazar...luces doradas y mágicas en este bello y sensual poema que llena de brillos el corazón del amante y hace volar el alma...
ResponderEliminarHola Sirena, has traído Rayuela y con él tantas cosas bellas....ya mismo busco el libro en mi biblioteca y lo vuelvo a acariciar... no quiero correr el riesgo de arrepentirme por no haberlo hecho!
ResponderEliminarGracias por tu visita, siempre es un lujo!
Muy buenooooo!!!!!!!!!!!!
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