Gracias por regalarme un día tan hermoso

 Mi fé es absoluta, no tengo dudas, pero a veces, esos cacharros y nuestras manitas fabrican pequeños diluvios que retrasan nuestros planes. Miro la cúpula y una sala totalmente azul, llena de palabras de amor y de dolor.
Un abrazo a un desconocido que es más conocido que muchos de mis conocidos.
Ruido de una ciudad viva, con un caos organizado, que a veces se desorganiza. En donde uno anda unos pasos y se encuentra entre quince mil árboles...castaños de indias, cerezos, acacias, plátanos, abedules, robles, fresnos, olivos.....
En la cuesta de Moyano aparece un libro buscado y tambien un intercambio de algo más que libros.

El día es delicioso, con un sol que calienta sin molestar y donde unas tímidas hojas amarillas empiezan a hacer su aparición. Un Palacio de Cristal como los cuentos de hadas, con su estanque y su patos, donde hay algo dentro, que te da un meneo, para recordarte las ánsias del ser humano moderno para llegar al cielo.
Risas, confidencias, pensamientos..... en un estado relajado de dicha. Y Velázquez nos invita a unas bodas por todo lo alto entre la Estatua de la Libertad y Colón. Y nos llenamos de colores, de símbolos, de objetos....participando con algo nuestro en una obra de arte humana y cambiante. Contrastes...muchos contrastes, mucha historia humana a través de objetos con y sin nombre.
Nos tienen preparada una mesa para comer. Hubiera sido divertido, pero no nos dejan.....

Es un árbol el que nos acoge entres sus ramas, mientras nos deleitamos con un bocata pringoso y chorreante. La policía pasa a caballo y en coche...y nos escondemos como niños. Hay carteles de prohibido pisar el césped, pero no hay ninguno de subirse a los árboles.
Me siento feliz...sin pensarlo. Hay sol, árboles, dicha y risas. Tambien hay runas y unos ojos emocionados. Hay palabras, muchas palabras (cómo habla el jodío!!), pero hay un lenguaje interior paralelo y silencioso.

Flores de un rojo intenso, geranios....y salida a la civilización en busca de una hermosa bilocada, de Quevedo, de un té, de un acordeón, de muchos hielos y poco azucar...y por supuesto Cortázar.....
Paseo nocturno de vuelta..y oh delicia de ensaimada rellena de nata!!, comida por niños, ante la envidia de los transeuntes.
Abrazo y más abrazo...y me voy llena de azúcar, sonrisas, complicidad y la sensación de que un día así....limpia y cura muchos dolores...y otros..al fin los cicatriza.
Gracias por regalarme un día tan hermoso.