“Te duele el cuerpo porque quieres ver la luz con los ojos, pero la luz que tú buscas solo se ve cuando los cierras”.
miércoles, 10 de febrero de 2010
El amor es un lujo
El hombre madura en el momento que empieza a amar en vez de necesitar; empieza a desbordarse, a compartir; empieza a dar. El énfasis es totalmente diferente. Con el amor, el énfasis está en cómo dar, como dar más y cómo dar incondicionalmente.
Esto es crecimiento, la madurez llegando a tí. ¿Cómo puede la necesidad ser amor?. El amor es un lujo. Es abundancia.
Es tener tanta vida que no sabes qué hacer con ella, así que la compartes.
Es tener tantas canciones en tu corazón que tienes que cantarlas, las escuche alguien o no, no es lo importante.
Si nadie escucha, tambien tendrás que cantarlas, tendrás que bailar tu danza.
El otro puede tenerlo, el otro puede perdérselo, pero en lo que a tí te concierne, está fluyendo, está desbordándose.
Los rios no fluyen para tí; están fluyendo tanto si estás como si no.
Cuando no tienes amor, le pides a otro que te lo dé; eres un mendigo.
Ahora bien, dos mendigos extendiendo sus manos uno al otro y ambos con la esperanza de que el otro lo tenga..
.Naturalmente ambos se sienten derrotados y ambos se sienten engañados.
Ahora, esta es la paradoja; aquellos que se enamoran no tienen ningún amor, por eso es que se enamoran.
Y porque no tienen ningun amor, no pueden darlo.
Y algo más: una persona inmadura sólo se enamora de otra persona inmadura, porque sólo ellas pueden comprender el lenguaje de la otra.
El problema básico del amor es madurar primero, entonces encontrarás una pareja madura; entonces la gente inmadura no te atraerá para nada.
Es sencillamente así. Si tienes venticinco años de edad no te enamorarás de un bebé de dos años, no desciendes.
En efecto, una persona madura no cae en estado de enamoramiento, se eleva en el amor.
Sólo la gente inmadura cae: tropiezan y "caen en enamoramiento".
De algún modo se las arreglan para estar de pié. Pero apenas encuentran a un hombre o a una mujer, ya no se las arreglan tan bien, se pierden y se caen.
Estuvieron siempre a punto de caerse al suelo y arrastrarse. No tienen espina dorsal; no tienen la integridad necesaria para permanecer erguidos estando solos..
Y cuando una persona madura dá amor, lo dá sin ataduras, simplemente dá.
Se siente agradecida de que tú hayas aceptado su amor, no viceversa.
No espera que se lo agradezcas; no, en absoluto, ni siquiera necesita de tus gracias.
Te da las gracias por aceptar su amor.
Y cuando dos personas maduras están enamoradas, ocurre una de las más grandes paradojas de la vida, uno de los fenómenos más bellos; están juntos y sin embargo tremendamente solos; están tan unidos que casi son uno.
Pero su unión no destruye su individualidad, de hecho, la realza, se vuelven más individuos.
Dos personas maduras enamoradas se ayudan mutuamente a ser más libres.
No implica política, ni diplomacia, ni esfuerzo alguno por dominar. ¿Cómo puedes dominar a la persona que amas?.
Cuando has llegado a casa, cuando te has enterado de quien eres, el amor surge en tu ser.
Entonces la fragancia que desprendes se esparce y puedes dársela a otros.
¿Cómo puedes dar lo que no tienes? ¿Cómo puedes dar regalos cuando no los tienes?.
Esto lo oyes y lo entiendes, pero el problema surge porque tu entendimiento es intelectual.
Si ha penetrado en tu ser, si has visto la realidad de ello, no surgirá ninguna pregunta.
Entonces olvidarás todas tus relaciones de dependencia y empezarás a trabajar en tu propio ser, aclarando, limpiando, haciendo tu núcleo interior más alerta, consciente.
Y cuando empieces a sentir que estás logrando una cierta totalidad, te darás más cuenta de que el amor está creciendo de lado a lado, es un subproducto.
No necesita ser reconocido, no necesita certificados, no necesita que nadie lo apruebe.
El reconocimiento del otro es accidental, no es esencial para amar; el amor seguirá fluyendo.
Aunque nadie lo saboree, nadie lo reconozca, nadie se sienta feliz, encantado por él, el amor seguirá fluyendo, porque en su mismo fluir te sientes tremendamente alegre, tremendamente feliz.
Y todo mi esfuerzo aquí es conseguir que tambien tú seas independiente de mí . Estoy aquí para darte libertad. No quiero, de ninguna forma invalidarte.
Sólo quiero que seas tú mismo. Y el día en que esto suceda, cuando seas independiente de mí, serás capaz de amarme realmente, y no antes.
Yo te amo. No puedo evitarlo. No es cuestión de que puedo amarte o no, simplemente te amo.
Si no estuvieses aquí, este auditorio estaría lleno de mi amor, no habría ninguna diferencia.
Estos árboles todavía recibirán mi amor, estos pájaros lo seguirán recibiendo.
E incluso, si todos los árboles y los pájaros desaparecieran, eso no haría ninguna diferencia: el amor seguirá fluyendo. El amor es, así que fluye.
Bhagwan Shree Rajneesh (Osho).
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