De repente se abrió de par en par esta mañana, la ventana
de mi corazón que mira a tu corazón.
Y maravillosamente vi mi nombre, aquel con que me nombra
tu voz más íntima y querida, escrito sobre las hojas y las flores en tu corazón.
Y esperé silencioso.
Un instante se alzó, volando, el visillo que separa tus cantos de los míos.
Y descubrí que en la claridad de tu mañana, en tu corazón, alguien cantaba
mis canciones futuras, las que no he soñado ni cantado todavía. Y para aprender
mis propias canciones, me senté, silencioso, a tus pies.
Rabindranath Tagore
Gracias María, que hermosas cosas compartes, llego desde un blog amigo y me quedo.
ResponderEliminarMe gusta todo, algunas cosas las voy a tomar prestadas para seguir compartiendolas.
Un fuerte abrazo de luz, Mirta
Gracias María, cantemos juntos la canción del Amor y la Amistad!
ResponderEliminarAbrazos!
Hermoso poema de Tagore,gracias por tanta ternura,abrazos de sol.
ResponderEliminarSiempre paso a leer Maria ,hay dias que me marca error al dejar el comentario.