“Te duele el cuerpo porque quieres ver la luz con los ojos, pero la luz que tú buscas solo se ve cuando los cierras”.
jueves, 22 de julio de 2010
Recuerdos de Villanueva
Por la calle bajan aromas infantiles, nostalgias infinitas.
Primos jugando entre los melones.
Olor a tomates pelados.
Andar de puntillas en el gallinero para recoger los huevos en el cesto.
Olor a Heno de Pravia.
Olor del pilón con azulete.
Las tortas con chocolate.
Los tebeos y los recortables.
El paseo con el traje de domingo.
La peseta gastada en sacis.
Los tesoros de la tienda de Modesto.
El olor a serrín y geranio.
La peluquera peinando a la abuela y metiéndole esos rellenos.
¿Quieres que te lave el pelo?
Angelita con sus inyecciones y las mandarinas que guardábamos en la mesita de noche.
La cama fría y el despertar con el ruido de los mulos y los burros.
La recogida de las vacas en las casas.
Las porras del desayuno.
Recorrer la casa buscando tesoros.
La habitación del pozo....oscura.
El llanto en el cortijo viendo como vivían los guardeses.
Las uvas recien arrrancadas.
La leñera llena de gatos.
La despensa con sus orzas.
El maravilloso chorizo de piñones de la abuela.
Los manojos de llaves.
Las procesiones en las que iban los primos.
La sensación de vivirlo todo desde fuera.
¿Y tú de quién eres?.
Olor a brasero.
La canción mariquita linda que le gustaba al abuelo.
Los coyotes.
La casa de Merceditas con su piscina.
El miedo y la vergüenza en cualquier lugar.
El sufrimiento que me costaba vivir.
Las granadas.
El dolor de todo.
El palomar.
la envidia que me daban los primos con su capacidad de entrar en la vida.
El gallo que canta.
La pocilga de los cerdos.
Los graneros con su olor.
¡Cómo hablais los de Madrid....qué finos!
Las fiestas y el paseo.
Las pulseras con bolas de colores.
La envidia de las niñas vestidas de sevillana.
Los chicles guardados bajo llave.
El agua bajando por la calle Palma a raudales.
Mi vestido azul de nido de abeja con enaguas.
El primer cigarrillo comprado en la plaza.
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Hola María!!Hermoso amiga!! Hiciste que nadara en mis recuerdos. Bellísimo.
ResponderEliminarBesosssss
Eso,
ResponderEliminarrecoger la casa,
y encontrar tesoros.
Besos.
Que cascada de recuerdos.
ResponderEliminarMe ha nacido una sonrisa.
Besos.
aaaaaaaaaa...qué dulzura!!
ResponderEliminarBesitos
!Que bonito! Esos recuerdos del sur, besitos guapisima!
ResponderEliminarEsto si que es el baul de los recuerdos!
ResponderEliminarBromas aparte, nuevamente has encontrado la forma original de contar sin narrar, usando los recursos de las letras. Dudamos que un libro de 1000 páginas describiera mejor las sensaciones de la niñez y adolescencia.
Un abrazo, "anti-rubias".
Ranita
Bello Mária, muy dulce, como las granadas que le robábamos al vecino de enfrente con mis amigos de la infancia.
ResponderEliminarAbrazoss!!!
Bello Mária, muy dulce, como las granadas que le robábamos al vecino de enfrente con mis amigos de la infancia.
ResponderEliminarAbrazoss!!!
Hola, Mária.
ResponderEliminarMe has dejado un poco alucinado, porque algunos de esos recuerdos coinciden con los míos.
¿Nostálgica? No, todo eso que viviste lo llevas dentro.
"Recorrer la casa buscando tesoros", me suena mucho, y las porras y los sacis...
Soy de Madrid, ¿se nota, no? Jajaja.
Un abrazo, amiga.
Una delicia leerte, hiciste que olores, sabores,sonidos y silencios volvieran a ser evocados en mi mente.
ResponderEliminarGracias María
Maria, qué bien, qué requetebien. Te lo comentaré en persona. Qué luz y qué ambiente. Estoy admirada. Bs.
ResponderEliminarUn collage de imágenes que evocan las tardes de nuestra niñez, jamás se borrarán de la memoria porque ellas son la estampa que dibuja nuestra madurez.
ResponderEliminarUn placer encontrarme con tu blog lleno de magia y de sentimientos. Saludos,
J.C.
Querida Mária, como tantas veces nada es casual, encuentro tus recuerdos cuando estoy pasando unos días en el pueblo que nací, en la casa de mis padres...
ResponderEliminarMe hiciste sonreír y sonreír con cierta nostalgia.
Mil abrazos!!!
Hermoso poema Maria.
ResponderEliminarLLevo grabado en el recuerdo el sabor del agua de la pileta de la plaza,sobre todo después que había bebido "ella",y los barquillos de vainilla,y el silbato del trén.
Y a tí te recordaré mucho tiempo.