viernes, 21 de mayo de 2010

¿Tenemos fecha de caducidad?




Esta mañana dejaba el paso a un autobús y entonces me he preguntado: ¿Cómo ocurre la vida...son todo casualidades?.¿ El que yo deje pasar a este autobús, va a cambiar el curso de la vida.?
Y todo esto viene porque ayer un camión se "comió" a un motorista, en la rotonda por la que paso tantas veces, algunos días hasta cuatro, para ir a mi trabajo. Y ahí en ese instante se le acabó la vida, de 32 años, recien casado, sonrisa peremne, al hijo único de mi jefa.
No quiero entrar en detalles, pero hoy la he abrazado, la he besado y acariciado y le he dicho que la quería muchísimo, muchísimo. y me decía: "lo sé...lo sé... y ahora como sigo con tu filosofía de vida??...no puedo...tengo tanto....tanto dolor".
Sólo la veía cuando iba a cobrar y siempre le decía que no trabajara tanto, que era innnecesario que estuviera allí tantas horas, que delegara, que viviera, que disfrutara de la vida. Y siempre me decía: si, sí, tienes razón...me voy a a ir antes para estar más con mi hijo. Pero, al mes siguiente estaba en las mismas...y yo volvía erre que erre. No se por qué le caía en gracia y en cierta forma me envidiaba por mi filosofía y mi forma de vivir. Pero llegó un momento que desistí, porque se buscaba escusas para estar siempre trabajando.
Y ahora me pregunto: ¿Venimos con una fecha de caducidad, aunque nosotros no la sepamos?. El tomar la decisión de dejar pasar a un coche o no dejarlo puede cambiar el rumbo de la vida?.
 No lo sé....y ahora menos...pero he seguido por mi camino de todos los días y habían encendido las amapolas, porque el sol se reflejaba en ellas y eran mágicas. Las jaras seguían en el campo...y multitud de flores amarillas y violeta. En las montañas aún, pequeñísimos restos de nieve y los pájaros...como siempre saludándome desde todas las alturas. No hay ni un sólo día que no lo hagan. No hay ni un sólo día que no vea las bellezas del camino a mi trabajo, que siempre es el mismo, pero nunca es igual, ni siquiera parecido. Porque están las nubes, los arcoiris, los pájaros, los árboles, las flores, las vacas....siempre en un lugar diferente, siempre cambiantes, siempre nuevos.
Y bueno, no quería fastidiar la clase de mis alumnas y hasta el final no les he dicho: " que los besos y los abrazos que no demos, las palabras que no pronunciemos,  se perderán en el vacío.....que hay que vivir la vida intensamente". Una me ha abrazado y han venido las demás y nos hemos abrazado todas como se abrazan las mujeres....en círculo. El siguiente grupo que entraba me ha preguntado: "qué pasa...que te vas". No, por ahora no me voy...aunque no se cual es mi fecha de caducidad.
Tenía que ir luego a un centro comercial de esos que a mi me dan horror y procuro visitar lo imprescindible.
Por la megafonía decían: "Se ha perdido un niño". Y me he buscado a ver si era yo.
¿Estaré perdiendo el norte?.
Al fin.....
mária

7 comentarios:

  1. Hay que ver, la vida esta cómo nos zarandea. Me ha gustado mucho la ternura con la que cuentas lo que piensas. También me ha hecho pensar en muchas cosas de "esas que ya se supone que sabemos".
    Y al final, incluso, has conseguido que sonría con lo del niño perdido y anunciado por megafonía... (no eras tú, no??)
    Un abrazo, Mária, uno con nota...

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  2. Tenemos fecha de caducidad, por eso debemos vivir disfrutando cada detalle que vemos y cada pequeña cosa invisible a la vista también...todo absolutamente todo en cada instante, intensamente. Dar y servir con real amor y agradecer por todo lo bueno y malo recibido...luego toda la cosecha será buena.
    Abrazosssssss...y no pierdas tu niña!!

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  3. Hola maría!! Un relato que me emocionó amiga. Cuanta verdad hay en tus palabras. Muy bueno amiga.
    Besosssssss

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  4. Efectivamente tenemos fecha de caducidad.
    Tan solo que quién la fija no nos permite que sea visible. De ello se desprende el que dediquemos más tiempo a enfrentarnos que a comprendernos, unos a otros.
    Tu, amiga mía, no te has perdido. Tan solo tu alma duele y ese dolor hace que rindas un homenaje a quién nunca debio caducar y a quién ya por siempre llorará su caducidad.

    Y con ello logras que muchos hagamos una oracion por lo que no deberia de haber pasado.
    Maria continua dando abrazos.

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  5. Me ha llegado al alma y me he sentido reflejada en tus palabras Maria.

    Cada movimiento,palabra y gesto tiene una repercusión insospechada en cadena.

    Me gusta creer que no caducamos,que lo que caduca para nosotros es el espacio donde nos recreamos y que buscamos otras esferas donde nuestro ser siga expandiendose y para ello nuestra vida se contrae en ese movimiento continuo de contracción y expansión.
    Si Maria,creo que has perdido el norte y que el sureste te encontró y que tus palabras tienen ese acento del pais del Corazón.

    Un abrazo desde el sureste.

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  6. extremcedora historia, la vida es fragil, nuestro cuerpo es fragil, el destino cruel e injusto y a veces un poco cabrón. Es cierto no sabemos cuando caducaremos o cuando "acabaremos" nuestro paso por este lugar. Mientras estamos lo mejro es sonreir, disfrutar, reir... vivir. Un abrazo para esa mujer de gran perdida. Otro para ti

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  7. María, a veces me he preguntado lo de nuestra fecha de caducidad, pero de otra manera, y pienso que sí, que todos tenemos fecha de caducidad, la pena es que unos caduquen tan pronto y otros tarden tanto en caducar, pero como nosotros no somos los que mandamos en eso tendremos que vivir la vida y disfrutar nuestro día a día, hasta que nos llega esa fecha... A veces cuando a nuestros alrededor suceden hechos tan fatídicos como el que cuentas... la vida se te hace cuesta arriba, y te crees que no puedes continuar, pero sí.

    Aaaaahiii al final hasta me he reido con lo del niño, tú no te pieeeeeeerdas.

    Beeesos y un abrazo.

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Gracias!!