Y por eso la energía nos lleva de la mano hasta que nos animemos a soltar todos los miedos, o al menos los que más nos pesan. La energía nos nueve de un lugar a otro (parece que nos echaran, nos rechazaran, que no nos permitieran pasar…), nos saca de las manos lo que estamos listos para dejar ir (y a veces lo que no estamos listos porque estamos aferrados por miedo, pero no lo necesitamos), nos hace dar giros hasta marearnos para que soltemos, dejemos de resistirnos y nos entreguemos. Para que nos dejemos llevar. ¡Qué miedo tenemos de dejarnos llevar! Cuando la energía comience su juego, si no sabemos qué hacer, lo mejor en no hacer nada. No resistirse con enojos ni tratar de cambiar lo que sucede. Simplemente, nos dejemos llevar. Lo que la energía "nos hace perder", en realidad en una ganancia. Nos hace perder creencias, hábitos, ilusiones, objetos, personas…pero lo único que perdemos es el apego. Y esa pérdida es una ganancia. Confiemos a entregarnos a la energía. Cuando la danza se trabe o perdamos el paso, respiremos profundo y sigamos bailando. Este es el momento de bailar. Es lo que nos toca. Julio Bevione |
“Te duele el cuerpo porque quieres ver la luz con los ojos, pero la luz que tú buscas solo se ve cuando los cierras”.
viernes, 30 de abril de 2010
Dejarnos llevar
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Si...es así. Cuando estamos en paz debemos seguir yendo para donde la brisa nos lleve, atentos y conscientes de que debemos danzar con la vida y dejarnos llevar sin resistencias. La paz y el amor que nos llena son la demostración de que la danza fluye sin trabas...y ese es el camino con corazón.
ResponderEliminarGracias, como siempre, Julio Bevione,con su simpleza me encanta.
Pues a bailar con la vida, estoy totalmente de acuerdo con en post.
ResponderEliminarResistirnos sólo nos lleva a la frustración y el desencanto, a fluir en la Danza Cósmica del Universo, sabiendo que estamos en buenas manos!!
Abrazos María.